13 diciembre 2010

Sinfonía interior


Camino dando golpes al viento. Salgo de casa buscando todo tipo de ruido -ruido al peso- o cualquier movimiento para dejar de escucharme. Camino por estas calles -transitadas por desconocidos, por sombras fugaces, zigzagueantes y raudas por desaparecer- para no pensar en nada, para no escuchar mis pensamientos. Necesito todo Madrid junto a mí.
Son las doce de la mañana, siento el viento en la cara y la sensación de frío comienza a producir un efecto sedante y de letargo que agradezco. Me detengo en la plaza del Ángel para ver caer las hojas de los plátanos, doradas, marchitas, gráciles. Caen meciéndose despacio, sin prisa. Cae una, dos… El viento forma remolinos con ellas frente a los bancos que hay junto a la fuente y las lleva de un lugar a otro en una danza que pareciera ensayada. Una bolsa de plástico parece tener personalidad propia y se mueve por otro lado complacida dejándose llenar por el viento. En mi auricular suena la BSO de la película "Le Mepris" y con ella el viento y las hojas y los papeles y la bolsa de plástico bailan formando, junto a la luz de medio día, un hermoso y conmovedor espectáculo. Las hojas siguen cayendo despacio, llenando el suelo de la plaza. Caen de dos en dos, caen por todos lados en un baile sin fin…

-por fin, silencio.


4 comentarios:

  1. Describes la calma del poeta, la ciudad enamoradiza. Quisiera algo así.

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  2. Las grandes ciudades transforman mágicamente las cosas y una de las cualidades que te conceden, si sabes buscar, es la del anonimato. Cuando sientes la cabeza llena de tonterías te hace bien ser invisible para los demás: pasear durante horas, viendo sin ver y rodeada de miles -estando sola- hace que una se vacíe de todo lo que no tiene importancia y te conviertes durante unas horas mágicas, en lo que eres; limpia de polvo y paja, sin más tatuajes que los anuncios de neón y las sombras de la ciudad. Solo hay que saber mirarla para que, sin quererlo, te conceda ese don; y créeme si te digo que resulta muy liberador.

    Gracias por tu mirada.

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  3. Bellísimo texto. Melancólico, repleto de silencio.Como beber un vaso de agua.

    Saludos.

    p.s.: Le Mépris...

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  4. Saludos Lilian,

    Muchas gracias por tu opinión y por el ánimo que me das con ella.

    Un abrazo

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B I E N V E N I D O !
Aquí no eres un extraño