30 diciembre 2010

Superfluo

Intantánea de Michael Linder

Este final de año todo se ha roto. Las miradas, los últimos planes… la ilusión también. Finalizan los días y aquellos sonidos tan cercanos, ya no se escuchan. En el corazón hay silencio, amargura. Este final de año todo es diferente.
Dicen que no hay suficientes motivos para llorar y entonces… porqué lloramos? Nada hay suficientemente alegre en estos días de infinita tristeza: Una por los que se fueron, otra por los que pasaron sin apenas enterarnos, dos por todos y cada uno de los recuerdos que hicieron grande nuestra vida, otra por aquellos momentos que la hicieron casi perfecta y Tres por los anhelos maltrechos.
Este final es distinto. No se parece en nada a los venideros.
Detener la rutina y gritar: Una lágrima para tanto dolor sin sentido, dos para el alma, tres para limpiar las mentiras y una más para tener la suficiente sangre en la mirada para ver de frente tanta estupidez, tanta falsedad, tanto despilfarro, tanto papanatismo y no volverse loca.

2 comentarios:

  1. Castilla querida, los años son palabras. Gracias por llenar de años el libro de mi vida todo este tiempo.

    Deleite es entrar a este blog especial, donde nadie es extraño y los años acaban lánguidos.

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  2. Gracias por tus hermosas palabras y por la música que las acompaña. Es un placer y un honor que pasees por esta tu calle. Un abrazo fuerte y mis mejores deseos para ti.

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B I E N V E N I D O !
Aquí no eres un extraño