Un cuento de :
Collombet (10 años):
"Un esqueleto vino a decirme:..." (*) Un esqueleto vino a decirme: Voy a tomarte porque hace mucho tiempo que vives, pequeño. Voy a tomar una horca para llevarte con el diablo. Una vez que llegamos a la casa del diablo, no había demasiado lugar para mí. El diablo dijo: Ya que no hay demasiado lugar, te voy a devorar. En el vientre del diablo, vi que estaba lleno de niños. Pero el diablo dijo: Ya no puedo respirar. Me dijo: Sal de mi vientre, pequeño monstruo. Y ahora, vete a la tierra. El esqueleto volvió para decirme que era necesario que me
despertara. Mi sueño había terminado.
Duval (11 años):
"Una vez soñé..." Una vez soñé que estaba en mi cuarto. De repente, mis botas se deslizaron por el parquet, subieron a la
pared. Cuando llegaron a lo alto de la pared, les grité: Mándenme cartas postales. Y una vez que subieron, de
repente ví diablos rojos en la pared que tenían largas orejas. Se me tiraron encima, saltaron sobre mi cama. Uno solo se
sentó en el sillón. El sillón giró hacia la pared y la pared se tragó al diablo rojo, y a los otros el parquet. El último se trepó a la pared. Tomé una antorcha y se la arrojé. La tomó y se fue.
Lazare (11 años):
"Un día soñé que un perro..." Un día soñé que un perro había venido a buscarme para matar ratas. Tomé un zueco y pateé una rata hasta que murió. Entonces el perro tomó a la rata y la sepultó en la tierra y puso flores amarillas y rosas marchitas, y las regó, a pesar de su indigencia
Traducción: Juan Carlos Otaño.
(*) "Un squelette vint me dire..."/"Une fois j'ai rêvé que..."/"Un jour j'ai rêvé qu'un chien..." Sueños comunicados por J. Baucomont, publicados en «La Révolution Surréaliste», nº 3, París, 15 de abril de 1925 (pág.2).
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