25 julio 2010

Días oscuros

 Fotografía de Rodrigo R.R. "Trabajo por mi"

Hoy no tengo ganas de escuchar explicaciones llenas de mentiras, de datos falseados, de estadísticas acomodadas al discurso. Hoy me gustaría que fueras un hombre y nos dieras la verdad. Me gustaría que abandonaras las sombras para, en la luz, poder ver tu cara cuando, de manera paternalista, antigua, retorcida, feudal, nos mientes. Parece que la realidad siempre se impone y a pesar de tus esfuerzos inútiles por poner lazos a los cuchillos, los vemos. Sabemos de tus intenciones y te sentimos venir. Seremos sumisos pero no idiotas. Mandarás a tus alfiles a convencernos, a recaudar adeptos y te llevarás algunos miedosos e ingenuos. En nada usarás todas tus posibles soluciones "eficaces y disponibles" contra nosotros y correrá nuestra vida por los suelos.

Tampoco pasa nada. La situación se ha convertido en una grandiosa sombra negra con rostro desfigurado que nos acongoja el alma, que nos impide dormir pero nos deja respirar. Por "suerte" la sombra necesita que podamos respirar. Y pasado un tiempo, nos levantaremos: sufriremos un largo periodo de carencias, de desasosiego y de inseguridad. Al final, renacerán los más fuertes como el ave Fénix, siendo aún más fuertes, o al menos eso dicen, y comenzaremos a vivir otra vida, más preparados para el siguiente atropello. Algunos se quedarán en el camino…

Pero no pasa nada. Estamos resignados, curados de sombras, de miedos, de sufrimiento y ni siquiera el nuestro nos estremece. Sabemos que solo atacará a algunos, mantenemos la esperanza, cobardemente, de no ser nosotros y mientras… rogamos para que el sufrimiento se convierta en algo cotidiano, para que nos acostumbremos pronto a él como nos hemos acostumbrado a vivir entre sombras, a vivir entre mentiras, a vivir con la cabeza agachada.



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