Intantánea de Michael Linder |
Este final de año todo se ha roto. Las miradas, los últimos planes… la ilusión también. Finalizan los días y aquellos sonidos tan cercanos, ya no se escuchan. En el corazón hay silencio, amargura. Este final de año todo es diferente.
Dicen que no hay suficientes motivos para llorar y entonces… porqué lloramos? Nada hay suficientemente alegre en estos días de infinita tristeza: Una por los que se fueron, otra por los que pasaron sin apenas enterarnos, dos por todos y cada uno de los recuerdos que hicieron grande nuestra vida, otra por aquellos momentos que la hicieron casi perfecta y Tres por los anhelos maltrechos.
Este final es distinto. No se parece en nada a los venideros.
Detener la rutina y gritar: Una lágrima para tanto dolor sin sentido, dos para el alma, tres para limpiar las mentiras y una más para tener la suficiente sangre en la mirada para ver de frente tanta estupidez, tanta falsedad, tanto despilfarro, tanto papanatismo y no volverse loca.